ENTREVISTAS

«Es imprescindible volver a ilegalizar las ETT, aunque suene a locura, para revertir la explotación laboral»

«El sistema productivo y alimentario español pegó un salto descomunal hacia el neoliberalismo en los años 80 a través de la Unión Europea y su modelo de alimentación globalizada. El sistema alimentario cambió drásticamente en pocos años de una producción más de pequeña escala, familiar, de circuito más o menos corto, producciones más o menos sostenibles, a una alimentación basada en producciones más intensivas, con alimentos procesados y vehiculados a los mercados internacionales», explica Ferran García, integrante de la asociación Justicia Alimentaria y autor del informe «El ingrediente secreto. Explotación laboral en la alimentación española». «Aunque buena parte de la alimentación se va al mercado internacional, el sistema de producción, las rutas de producción, son las mismas. El mismo tomate o pimiento se pueden ir al Lidl de Berlín o a Mercabilbao. Una vez instaurado el sistema, las rutas son indistintas. Y, entonces, lo que acaeció en esos años fue el enriquecimiento desmesurado de la industria y la distribución alimentaria, y esa orientación de producción intensiva industrializada lo cambió absolutamente todo. Se crearon en todo el territorio del Estado español plataformas agroexportadoras que cambiaron geográficamente, socialmente, culturalmente, económicamente, muchas zonas. Y allí, con ayuda pública, obviamente, se han generado todas estas grandes megaindustrias que producen materias primas, ni tan siquiera alimentos, que después serán transformadas en una cosa que se parece a los alimentos y que encontraremos en los supermercados», añade Ferran García.

«Las Empresas de Trabajo Temporal (ETT) se legalizaron en el Estado español en 1994 y hasta entonces eran ilegales porque se entendía que no podía haber un intermediario de personas, no podía haber una empresa que comprara personas y las vendiera después a un tercero. Esto desafiaba toda la normativa existente y lo que se hizo fue cambiar el Estatuto de los trabajadores, que no es una cosa baladí, que es el principal escudo de defensa de los derechos laborales», cuenta Ferran García, integrante de Justicia Alimentaria. «Y la legalización de las ETT supuso una profundización sin precedentes de la precarización y la explotación laboral. Por eso ponemos tanto el foco en las ETT, porque si bien el capitalismo y la explotación laboral siempre han estado muy unidas, seguramente ese sea uno de sus elementos definitorios, en los últimos años ha habido una profundización muy intensa de esta explotación laboral, tan intensa que hoy en día forman parte de nuestro paisaje. Pero esta explotación no habría llegado hasta estos extremos sin la presencia de las ETT, que son el departamento con cobertura legal de precarización laboral de las empresas. Por tanto, sin ese ingrediente, sin ese catalizador, como si fuera una reacción química, es posible que la explotación hubiera avanzado pero en ningún caso hubiera llegado hasta los límites en que nos encontramos hoy. Las ETT son un elemento imprescindible para explicar la precarización laboral y por tanto es también imprescindible volver a ilegalizarlas, aunque ahora mismo pueda parecer una locura. Con las ETT va a ser muy difícil revertir la actual situación de explotación laboral», concluye Ferran García, autor del informe «El ingrediente secreto. Explotación laboral en la alimentación española».

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